No tienes que ser Steve Jobs ni un empleado de Google para buscar la innovación. Aquí te compartimos algunos consejos para lograrlo.
Para muchos empleados la palabra innovación los remite a un contexto alejado del día a día en sus oficinas. Y sí, claro que el concepto que tenemos de las oficinas y los lugares de trabajo en general parecen estar hechos para aniquilar la innovación.
Aunque no es del todo cierto, pues hay que aclarar que se puede innovar en varios niveles. Desde los procesos más sencillos hasta en el diseño de software, herramientas y procesos. Todos podemos encontrar es destello de lucidez entre los cubículos de la oficina. Aquí cinco consejo para fomentarlos.
La innovación no es exclusiva de un país, empresa o persona. Entre tus colegas puede estar una idea brillante que les ayude a llegar a metas más altas.
Pero alguien debe de encargarse de mantener motivados a los empleados. Tú también puedes hacerlo entre tus pares o con el equipo que lideras. Incentiva a que participen y aporten ideas, que den comentarios o críticas al trabajo que realizan cotidianamente.
Muchas oficinas parecen estar hechas para impedir el contacto humano entre los trabajadores. Si bien sería contraproducente que todos se pasaran el día platicando, sí es necesario a veces poder platicar con algún compañero sobre proyectos o propuestas que tengan en marcha para tener una perspectiva fresca de las cosas. También puedes procurar hacer juntas informales en una sala de juntas, el comedor o hasta fuera de la oficina, para que en equipo puedan rebotar ideas.
Para que la gente se atreva a decir sus ideas y propuestas es necesario que se sientan en confianza.
Rechazar una vez algún punto de vista podría ocasionar que esa persona nuca más se atreva a decir en público su opinión. Mejor procura escuchar y resaltar el aspecto positivo de cada idea que se comente.
No está mal pensar en pensar la innovación como algo que puede cambiar el curso de la humanidad, pero muchas otras cosas necesitan ser cambiadas antes de que eso pase, y tú puedes empezar desde tu oficina. Busca pequeños proyectos por varias razones: es más fácil completarlos, les dará satisfacción más rápidamente, llamarán más la atención de tus jefes, etc. Empieza por cosas como la forma en la que cierras tus correos electrónicos, en cómo inicias tus juntas o cómo recompensas las buenas ideas entre tu equipo.
Elige unas tres personalidades que admires por su trabajo y legado, y en momentos de crisis piensa en los pequeños detalles que esas personalidades lograron observar y que cambiaron para siempre su historia. No necesariamente tiene que ser alguien como Steve Jobs, puede ser un jefe al que admiras, alguien que participó en una charla de TED por su increíble historia o hasta un músico que te inspire. Trata de ponerte en su lugar y encontrar ese detalle que nadie más ha detectado para descubrir algo maravilloso.
¿Has sido testigo de un digno ejemplo de innovación en tu trabajo? ¡Compártelo en los comentarios! Y no olvides dar clic al botón de abajo.