Nunca es tarde para estudiar: mamá e hijo son compañeros de clase en Campus Sur

¿Alguna vez has pensado que tu mamá podría ser tu compañera en el salón de clases y estudiar juntos la carrera? Te sorprenderás con esta historia.

Como estudiantes, pensamos que en nuestra escuela solo encontraríamos estudiantes iguales a nosotros, profesores, personal administrativo y, en general, a la comunidad que conforma la escuela. Pero no siempre es así. Esta es la historia de Luz María Sánchez González y Alan Amaury Soto, Sánchez ambos estudiantes de la Licenciatura en Psicología, en la UNITEC Campus Sur.

Luz es madre de dos jóvenes, uno de ellos es Alan, estudiante de octavo cuatrimestre en la Licenciatura en Psicología en la UNITEC Campus Sur. Luz trabaja en la venta de bienes raíces y está al frente de su hogar, pero además es compañera de estudios de Alan.

Desde su adolescencia, Luz quería ser madre, casarse, formar un hogar y también quería ser una profesional en una determinada área de estudio: la Psicología, por lo que nunca dejó de lado la idea de estudiar. Por el contrario, siempre pensó que el mejor momento para hacerlo sería cuando sus hijos “ya no la necesitaran tanto”, por lo que creyó que ese momento llegaría cuando cursaran la universidad.

“Desde joven tuve muy claro que no quería ser únicamente mamá. En mí, continuamente estuvo viva la idea de estudiar Psicología, pues prácticamente todos los días había “algo” que me lo recordaba y me hacía desear aún más querer estudiar: la UNITEC Campus Sur, ya que prácticamente siempre paso frente a sus instalaciones, pues vivo a unas calles del plantel” comentó Luz.

Y Alan agrega: “Yo me inscribí primero en la carrera, porque la escuela nos queda muy cerca y porque un familiar daba clases y nos la recomendó mucho. Al poco tiempo, mi mamá, a la que cariñosamente llamo Luz cuando estamos en la universidad, se inscribió, pero nunca pensé que en algún momento llegaríamos a tomar clases juntos”.

Ambos, han sido compañeros en materias como Estadística a la que Alan deliberadamente decidió inscribir en el mismo grupo con su mamá para apoyarla y estudiar juntos.

“Nunca pensé compartir el mismo salón de clases con mi mamá; sin embargo, tengo la dicha de ser su compañero en la universidad y en un futuro colegas. Mis compañeros, al enterarse de que Luz es mi mamá, se asombran, al igual que los maestros y todo aquel que lo sabe, pues en ocasiones me han preguntado cómo se comporta cuando estamos en la escuela. Por ejemplo, es común que me pregunten: ¿se ayudan en los exámenes? o ¿te ha regañado frente a tus compañeros? Y la respuesta es muy simple: no. No nos ayudamos en los exámenes y nunca me ha regañado en la universidad. Ella y yo acordamos que una que una vez que estuviéramos en la UNITEC seríamos compañeros y, como tal, nos comportaríamos; ella es mi compañera Luz y yo soy su compañero Alan”, explicó Alan.

Para Luz esta experiencia va más allá de ser un tema que atrae el interés de la gente al saberlo. Esto se ha convertido en una oportunidad para conocer a su hijo en otro ámbito y para admirar sus cualidades y talento, pues él le brinda mucha seguridad y confianza cuando ella se atora en algún tema o con alguna tarea.

La satisfacción que ambos trasmiten por compartir su vida escolar juntos es notoria y eso los hace únicos, ya que hoy en día no es tan común que una madre de dos jóvenes combine su rol de mamá, jefa de familia y además sea compañera de estudios de uno de ellos. Basta con fijarse en el cariño con el que Alan se expresa al platicar de su compañera Luz, para darse cuenta de lo afortunado que es y de lo orgulloso que se siente de que su mamá se prepare a nivel profesional, mientras que Luz no deja de sonreír al recordar lo maravilloso que se siente estudiar, trabajar y ser madre de su futuro colega, amigo, compañero: su amado hijo Alan. ¡Nunca es tarde para estudiar!

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