Desde cómo cobrar hasta el valor de tener un impresor de confianza, te compartimos algunas cosas que todo diseñador gráfico debe saber para que la vida sea un poquito más dulce.
No es fácil ser diseñador, pero tampoco te tienes que complicar la vida. Hay ciertos puntos que como profesionista siempre debes tener en cuenta y que te facilitarán tu labor, ya sea que decidas ser freelance, trabajar en una agencia o en un corporativo.
Te compartimos algunos de los aspectos que debes tomar en cuenta si has decidido estudiar esta carrera, si estás por iniciar o ya la practicas. Nunca es tarde para conocerlos.
1. Nunca dejes de aprender
Toda profesión requiere estar actualizado y como diseñador gráfico, verás que es indispensable estar al pendiente de los nuevos avances, tanto de software, programas y plataformas como de hardware, nuevas ideas, estilos, técnicas, etc.
2. Dos palabras sobre tu actitud: Estrictamente profesional
Cuidar el trato con el cliente es algo que todo buen diseñador hace y en eso se engloba desde tu presentación en una reunión o día a día en el trabajo hasta tu forma de escribir, presentarte y actuar. Respeta los tiempos pactados y exige respeto para el cobro de tus honorarios.
3. Aprender a cobrar es valorar tu trabajo
Al inicio puede ser algo difícil, pero es una lección que debes aprender cuanto antes. El costo de tu trabajo no incluye meramente la ejecución de la pieza, sino el proceso creativo detrás, las horas que tuviste que estudiar para saber cómo resolver visualmente la solicitud de tu cliente, por ello, cobra lo que debes y muéstrale a tu cliente lo que vale tu esfuerzo. Y con ello, contribuirás a la valoración del trabajo de tus demás colegas.
4. Registra aquello en lo que tienes derechos
Ya sea una ilustración, personajes, tipografías, logos, etc. No le tengas miedo al IMPI y registra aquello que sea producto de tu creatividad. Verás que es mejor hacerlo a tiempo que meterte en una encarnizada pelea legal por los derechos de alguna pieza o peor aún, ver que aquello que surgió de tu mente es propiedad intelectual de alguien más y tu no estabas enterado.
5. Y respeta los derechos de autor de los demás
Si a ti no te gustaria ver tu trabajo en manos de alguien más a quien no le concediste el derecho, abstente de hacerlo. Asegúrate que las imágenes, tipografías y otros recursos que utilices estén libres para tu uso, no sólo lo harás por solidaridad con tus colegas sino que te puedes evitar problemas legales, a ti y a tu cliente. Paga las licencias, lee las letras pequeñas y trabaja con seguridad.
6. Respeta a tu impresor
Un impresor de confianza es oro puro. Valóralo y respeta su trabajo. Entrégale materiales en tiempo y forma, profesionales, como él los necesita y verás que todo marchará sobre ruedas. Tener a alguien de confianza para manejar tus documentos no sólo te representará un ahorro económico, sino que evitarás darte de topes contra la pared al ver tus materiales impresos.
7. Y sobre todo a los buenos clientes
Trabaja con el cliente y no contra él. Valorar a un cliente significa hacer tu tarea e interrogarlo sobre todas las necesidades que tiene, de manera que puedas cumplir efectivamente tu trabajo, otorgándole un servicio a la medida y así no afectar sus tiempos de entrega. Respeta lo que quiere, asesóralo, búscalo, cumple en tiempo. Verás que más adelante, tener clientes satisfechos resulta ser más productivo, rentable y hasta agradable.
8. Haz NETWORKING. Sí o sí.
Sin importar si eres freelance o no, hacer networking no sólo te abrirá más oportunidades laborales, sino que podrás embarcarte en proyectos que te apasionen, conocer gente nueva, rodearte de contactos de los que puedes aprender, mantenerte en el negocio y saber cómo se mueve la industria.
9. Encuentra qué es lo que enciende tu creatividad
¿Qué es lo que despierta tu pasión para crear? ¿De dónde obtienes tus ideas? Crecer como diseñador significa estar abierto a nuevas ideas, trabajar hasta forjarse un estilo propio. No es una tarea fácil, pero al descubrir qué es lo que te mueve, encontrarás tu motivación para seguir en esta profesión, sin importar las circunstancias.
10. Comparte lo bueno
Así como nunca dejamos de aprender, es vital enseñarle a los demás lo que hemos descubierto en el camino. Ya sea con nuestros colegas de generación, con los diseñadores que apenas se están formando o incluso con aquellos que a pesar de que no eligieron esto como profesión, la vida los ha llevado a practicarlo, somos responsables de compartir ese aprendizaje con los demás, ya sea con un libro, un tip o hasta con una nota de blog.
Comparte esto con un diseñador que creas que necesita saberlo, o simplemente para que sepa que te preocupas por él y quieres hacerle la vida un poquito menos difícil.
Si crees que tienes el don de convertir lo ordinario en algo fuera de lo común, conoce más acerca de estudiar diseño gráfico.