Estas tres carreras son, en apariencia, muy semejantes. Ya, en el fondo, verás que no son lo mismo. ¡Conócelas mejor para saber cuál es la que más te conviene!
La elección de una carrera profesional es un proceso tan complejo y en el que convergen tantos factores como, por ejemplo, la capacidad intelectual, los estilos personales, los antecedentes familiares, las perspectivas de empleo, el enfoque de mercado, el plan de estudios, las opciones de las universidades… y un largo etcétera que hace que este proceso sea verdaderamente complicado.
Sin embargo, hay tres carreras que, particularmente, tienen tantas convergencias que, quien se esté decidiendo por algunas de ellas, con franqueza puede decir: “Estoy hecho bolas”.
Estas tres carreras que pueden generar ese grado de confusión son: Contaduría, Finanzas y Administración Financiera. Y hay una razón detrás de esa confusión. Hace casi dos décadas, cuando disminuyó el interés por estudiar Contaduría Pública, algunas universidades le agregaron el “apellido” de Finanzas para hacer la carrera más atractiva. Con el tiempo, también, se abrieron los programas académicos especializados en Finanzas, como Administración Financiera, lo cual trajo una confusión mayor entre los tres programas de estudios.
Si bien hay una intersección muy importante entre estas tres disciplinas, también hay que decir que cada una tiene su propia materia de estudio y su propio alcance.
En ese sentido, valdría la pena recurrir a una definición de cada una de ellas.
Al referirnos a las finanzas, estamos hablando de una rama de la economía que estudia la manera en que las personas o corporaciones invierten sus activos o bienes de capital, con todo el riesgo e incertidumbre que ello conlleva, y cuya finalidad es obtener el capital suficiente para invertirlo en la producción. Es decir, tiene una relación directa con las transacciones de dinero y su administración a través del tiempo.
Por su parte, la contabilidad es la preparación de los registros o de mantenimiento de las cuentas, incluyendo la medición e interpretación de los estados financieros. De esta manera, la contabilidad va a obtener la información que se utiliza, entre otras finalidades, para coordinar y dirigir al área de finanzas.
A su vez, la administración financiera consiste en la planificación de los recursos económicos, para definir y determinar cuáles son las fuentes de dinero más convenientes, para que dichos recursos sean aplicados en forma óptima, y así poder asumir todos los compromisos económicos que tenga la empresa, reduciendo riesgos e incrementando el valor de la organización, considerando la permanencia y el crecimiento en el mercado, la eficiencia de los recursos y la satisfacción del personal.
En base a estas definiciones, es más fácil dejar en claro es que la contabilidad es un insumo dentro de la función financiera, porque ordena, estudia, cataloga y analiza operaciones económicas. Por lo tanto, también puede considerarse como una subfunción financiera. Además, mientras la perspectiva contable nos pone en la posición actual, las finanzas se concentran en las implicaciones para el futuro.
Pero así como Contaduría y Finanzas se complementan, también lo hacen Finanzas y Administración Financiera. Esta última es una rama de las Finanzas y utiliza e interpreta a la Contabilidad y a la Economía para la toma decisiones.
¿Todo esto cómo se traduce a la práctica real de un negocio? De una forma simplista, se puede que en una empresa, dependiendo de su tamaño, de las finanzas se encarga el director financiero o el tesorero, de la contabilidad el contador, mientras que las asesorías financieras más especializada correrán a cargo de un administrador financiero.
Algunos estudios realizados sobre los programas académicos en cuestión han analizado la percepción que los estudiantes tienen sobre cada una de estas carreras.
En general, los resultados arrojan que Contaduría es percibida como una carrera “metódica, imparcial y conservadora”. De ahí, quizá, ha derivado el concepto popular de que los contadores “son cuadrados y solo cuentan números”.
Por otro lado, los estudiantes de la carrera de Finanzas perciben que el análisis es la base para la toma de decisiones y consideran que su profesión es más prestigiosa que la de Contaduría.
A su vez, los alumnos de Administración Financiera piensan que su carrera es matemática, prestigiosa, retadora, innovadora, detallada y amena. Aunque piensan que su profesión no está orientada a las personas, creen que el rol financiero se presta mucho a la creatividad y a anticipar los sucesos.
¿Con cuál perfil tú te identificas más? Quizá, de ello, dependerá en gran parte tu decisión de carrera. No obstante, cualquiera de estas tres carreras por la que tú te decidas tendrás una función de vital importancia dentro de cualquier empresa u organización en la que elijas desempeñarte. Eso sí, sea en cualquier carrera que tú elijas, llegarás tan lejos como tú te lo propongas.
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