¿Sabías que México tiene en sus mares una fuente de energía ilimitada? Conoce sobre esto y más en materia de energía renovable y no renovable.
La energía está en todo lo que nos rodea. Cada cosa que se mueve o se transforma a nuestro alrededor es producto de esta fuerza y ningún ser vivo ni ecosistema sobrevive sin ella. Eso sí, no toda la energía proviene de un solo lugar ni tiene la misma potencia, pues existen diversos tipos de energía renovable y no renovable.
Para empezar hablemos de la diferencia entre estas dos categorías. La energía renovable es aquella que existe en cantidades ilimitadas, de modo que no se agota al momento de usarla. Por otro lado, la energía no renovable sí se termina y la velocidad de consumo es mucho mayor a la de generación.
A lo largo de la historia, los seres humanos hemos descubierto múltiples formas de darle poder a nuestras ciudades. Desde el momento en que los cavernícolas descubrieron el fuego, los esfuerzos por generar y aprovechar la energía no han parado. Por suerte, los ingenieros han logrado desarrollar nuevas formas de energía tales como la maremotérmica.
Sin embargo, con la población aumentando desenfrenadamente y los combustibles fósiles amenazando con agotarse, hemos comenzado a analizar nuevas alternativas para satisfacer nuestras necesidades, tanto renovables como no renovables. Por eso, en este artículo, te presentaré seis cosas que no sabías sobre esos dos tipos de energía.
Una de las fuentes de energía renovable más importantes es el sol. Esta estrella, que ha estado presente desde mucho tiempo antes de que existiera la humanidad y seguirá presente milenios después de que se extinga, emite diariamente sus rayos hacia la Tierra y es una de las razones principales por las que la vida en este planeta puede subsistir.
Pero, ¿cómo podemos aprovechar la energía que proviene del sol? La respuesta está en la construcción de paneles solares que absorban los rayos y los transformen en energía eléctrica. Desafortunadamente, este tipo de energía es un tanto dependiente del clima, ya que en días nublados o lluviosos, o en zonas con alta contaminación no es posible absorber esta energía con tanta eficiencia.
Son muchas las culturas que desarrollaron el uso de diversos tipos de energía para facilitar sus vidas o mejorar la calidad de las mismas.
Los dos tipos de energía renovable más utilizados a lo largo de la historia han sido la energía eólica, producida por el viento, y la hidráulica, generada por el agua. Ambas son fuentes que se pueden encontrar en casi cualquier lugar del mundo y, por lo tanto, se han estudiado y aprovechado más que las demás. De hecho, una de las características más representativas de la Edad Media es el uso de molinos para obtener energía que les permitiera trabajar las tierras.
Si bien la televisión y otros medios de comunicación señalan a la energía nuclear como una de las más dañinas para el medio ambiente, esto puede no ser tan cierto como aparenta. Una de las características más importantes de la energía nuclear es que para obtenerla se utilizan combustibles, principalmente el uranio, que están en dosis limitadas en la naturaleza. Es por esto que la energía nuclear es una fuente no renovable.
Cabe mencionar que es verdad que al producir este tipo de energía se generan muchos desechos y que la mayoría de estos son radioactivos o dañinos para el medio ambiente. Sin embargo, en comparación con otras formas de energía renovable y no renovable, la nuclear es una de las que tiene mayor capacidad de producción.
Si bien existen muchas formas de conseguir energía, el mar podría convertirse en el principal generador renovable del mundo. No solo podemos aprovecharlo por medio de celdas solares flotantes o presas hidráulicas, sino que incluso las diferentes temperaturas del agua pueden producir electricidad.
México tiene una capacidad impresionante para desarrollar este tipo de energía por su límite con el Océano Pacífico. Esto podría convertir al país, con ayuda de un gran equipo de ingenieros, en la primera nación en América en impulsar a este sector. De hecho, el potencial de esta energía en el Pacífico es de 7 gigawatts. Si eso te parece poco, piensa que con un megawatt (una milésima de gigawatt) se pueden energizar entre 500 y 600 casas.
La humanidad ha dependido, en mucha medida, de los combustibles derivados del petróleo. Un ejemplo de esto es la gasolina, un mineral que se produce con gran lentitud y que necesita de diversos procesos naturales y geológicos que pueden tardar siglos o hasta milenios en terminarse.
Sabemos que las fuentes de energía renovable y no renovable tienen características muy diferentes, como lo es la forma en la que se aprovechan y la inversión que requieren para obtenerse. En el caso de los combustibles fósiles hay una gran ventaja: la cantidad que se puede generar es bastante importante en relación a otras formas de energía. Sin embargo, es necesario evolucionar a nuevas alternativas, ya que no solamente nos quedan algunas décadas de reserva de petróleo, sino que también es sumamente contaminante.
Además del ahorro económico que representa el consumo responsable de energía, la humanidad se encuentra en un punto en el que lo necesita. Y, aunque suene complicado o tedioso, son muchas cosas las que podemos cambiar en nuestra rutina diaria para cuidar de la energía. Algunas de las más útiles son:
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