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¿Has escuchado de la La niña de Campus Sur? | Blog UNITEC

Escrito por Mariant Valencia | Sep 10, 2019 5:00:00 AM

En casi todas las universidades se cuentan historias de personajes que rondan estos sitios. Pero ¿qué hay de cierto que en Campus Sur se aparece el espíritu de una niña? Te contamos su historia.

En 1995, se comenzó a construir la UNITEC Campus Sur y como es típico en el ámbito de la construcción, acudían personas a vender alimentos a los empleados. Ellos aseguraban que oían voces y veían sombras de niños pequeños una vez que se retiraban la mayoría de los trabajadores, al punto que juraban haber visto y escuchado la voz de una niña en el lado oriente del terreno, en donde hoy se sitúa el edificio F.

Los comentarios fueron tantos que se prohibió la entrada a los pequeños que acudían con las personas que se encargaban de suministrar los alimentos a las cuadrillas de trabajo, sin embargo los trabajadores no sabían que estos niños -entre ellos una niña- asistían con sus padres a entregar sus alimentos o a cobrar por los servicios, y que se entretenían jugando y escondiéndose en los espacios del terreno y la construcción.

Los rumores se comenzaron a propagar a través de las pláticas que los veladores y elementos de seguridad de la constructora sostenían con los primeros empleados del Campus Sur, mientras que el equipo de mantenimiento e intendencia, divulgó el rumor con algunos testimonios y anécdotas sombrías.

Para el año 2003, la historia de “la niña” del Campus Sur se convirtió en tema de conversación de casi cualquier integrante de la comunidad, ya fuera estudiante o empleado, pues se comentaba que un guardia de seguridad había sido testigo de un hecho que confirmaba la existencia de esta pequeña que se aparecía en la universidad.

En ese año, la Dirección de Cultura y Deportes invitó a una compañía de teatro a poner en escena una obra de época en el auditorio que ocupaba el quinto piso del edificio E, en lo que hoy se conoce como el Centro de Artes Gráficas destinado a las carreras de Diseño. El auditorio disponía de varios camerinos en la parte posterior al escenario, mismos que los actores ocuparon para la realización de sus cambios de vestuario y resguardo de sus pertenencias.

La obra se realizó y la compañía se marchó; todo había sido como un día más en Campus Sur; eventos, clases, alumnos en pasillos, etcétera, por lo que los guardias se dispusieron a hacer rondas de vigilancia por las instalaciones del campus. 

Al realizar su rondín, uno de los guardias del turno de la noche que ingresó al auditorio, notó que la puerta de uno de los camerinos estaba abierta, por lo que caminó hacia allá y la cerró. Al revisar los demás camerinos, súbitamente cayó al piso una fotografía. Al verla, la levantó y se percató que era de una niña con un atuendo antiguo, asumiendo que se trataba de la historia que ya había oído acerca de la pequeña.

El miedo fue tal que el guardia salió y reportó el hecho a su supervisor. Ambos desconocían que horas antes esas fotografías habían sido ocupadas en la obra y olvidadas por la compañía de teatro. 

Al día siguiente, el jefe de seguridad revisó la zona y se percató que no había nada que pudiera haber propiciado el hecho, por lo que todo parecía apuntar a que efectivamente la aparición de esa fotografía era obra del espíritu de la niña. Fue hasta que otro de los guardias, descubrió que al abrir la puerta de los escenarios, ésta hacía aire, por lo que los papeles u objetos livianos colocados en los entrepaños de la pared podían ser movidos de su sitio por la presión que se ejercía al abrir la puerta.

Esto lo explicaba todo; sin embargo, el mito ya estaba creado y todos, o casi todos, en el campus conocían a alguien que había escuchado algo de las supuestas apariciones.

En los casi 16 años que llevo trabajando en Campus Sur, jamás he visto visión tal. He trabajado de mañana, tarde y noche y, en muchas ocasiones, me he quedado sola a laborar en el edificio F y puedo decir, sin temor a equivocarme, que nunca he visto nada anormal, mucho menos nada paranormal. 

Pero, ¿qué hay de los testimonios de los primeros empleados de mantenimiento e intendencia que habían escuchado las voces y risas “de alguien” cuando no había nadie en el campus?

La historia de la niña es una leyenda urbana contada casi desde la edificación de esta casa de estudios y forma parte de las leyendas que nos hacen creer que nos encontramos en un lugar mágico o en el que sucedieron actos que la hicieron penar hasta hoy.

Y tú ¿has visto a la niña en Campus Sur? ¡Cúentanos tu historia y déjala en los comentarios! Forma parte de una de las comunidades estudiantiles más vivas: la comunidad UNITEC.