Con la misión de crear consciencia de la problemática del bullying y de sentar las bases para crear un espacio libre de violencia, la UNITEC Campus Marina completó un programa que la certifica como una institución contra el acoso escolar.
Las cifras de acoso escolar son abrumadoras. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en México casi 19 millones de niños y jóvenes han padecido algún tipo de bullying. Esto nos convierte en el primer lugar del mundo... un primer lugar que, lejos de hacernos sentir orgullosos, debería ponernos en una situación de alerta.
El acoso escolar —en todas sus modalidades, incluido el llamado acoso pasivo y el ciberbullying—tiene consecuencias devastadoras en sus víctimas, desde baja autoestima, ansiedad y depresión, hasta el daño autoinfligido o incluso el suicidio.
De acuerdo con Reina Monjaráz, gerente de la Fundación en Movimiento, hay tres actores fundamentales en la prevención del acoso escolar: la familia, las autoridades académicas y, por supuesto, los mismos alumnos. “Es indispensable que las familias fomenten en sus hijos una cultura del respeto, pues éste es la base de una convivencia sana. Asimismo, hay que educar a los jóvenes para que no sean partícipes de este tipo de conductas, sino que las denuncien si las presencian”, explica.
En el caso de las instituciones educativas, ¿qué papel deberían jugar en la erradicación de esta epidemia?
“En esta universidad el bullying no es bienvenido”: acciones para erradicar el acoso
Para la UNITEC, el acoso escolar es un problema grave que merece acciones contundentes a corto, mediano y largo plazo.
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Con la finalidad de construir espacios libres de violencia, los campus de esta universidad se enrolaron en un programa antibullying impulsado por la Fundación en Movimiento, asociación civil que enfoca sus esfuerzos en desterrar el acoso de las escuelas y los hogares mexicanos. Dicho programa integró a directivos, académicos y personal del Centro Académico de Desarrollo Estudiantil (CADE) con un objetivo común: crear consciencia entre la comunidad estudiantil y sentar las bases de un espacio libre de violencia.
Campus Atizapán fue el primero en completar el programa de certificación y develar la placa que lo certifica como una institución libre de violencia. Recientemente tocó el turno a Campus Marina.
De acuerdo con Patricia Barroso, directora académica de preparatoria este campus, durante 50 días se llevó un monitoreo minucioso de todos los sucesos relacionados con acoso en los salones de clase, así como un seguimiento de cómo se resolvieron. Asimismo, se impartieron talleres a más de 1 100 alumnos.
"Nuestra misión es formar profesionales altamente competitivos, pero también ciudadanos ejemplares, con valores y conductas que nutran de manera positiva a la sociedad”. —Luis Ernesto Gutiérrez, vicerrector de Campus Marina
Por su parte, Luis Ernesto Gutiérrez, vicerrector de Campus Marina, expresó: “Queremos convertirnos en verdaderos actores formativos. Sentimos el compromiso de tener una sociedad más armoniosa, respetuosa y pacífica. Nuestra misión es formar profesionales altamente competitivos, pero también ciudadanos ejemplares, con valores y conductas que nutran de manera positiva a la sociedad”,
No cabe duda de que aún falta mucho camino por recorrer: las autoridades de la UNITEC saben que es preciso seguir aplicando medidas para erradicar la violencia de raíz y así, como resultado de una cultura de prevención, convertir a las escuelas en espacios donde los alumnos puedan sentirse cien por ciento cómodos y seguros.
En la UNITEC contamos con un Centro de Apoyo y Desarrollo Estudiantil (CADE), donde expertos orientan a los alumnos y padres de familia acerca de temas relacionados con su desempeño académico y bienestar emocional.