La presencia de México en la ONU ha cambiado el panorama internacional para nuestro país. ¿Quieres saber cómo? ¡Sigue leyendo!
La Organización de las Naciones Unidas ha tenido una historia de aprendizaje. Si vemos su línea del tiempo podemos ver que no siempre ha sido un panorama diplomático. Desde su creación, el 24 de octubre de 1945, un mes después del cese a las armas por la Segunda Guerra Mundial, este organismo nació con la intención de reunir a los países y arreglar las controversias entre ellos, evitando llegar a un episodio armado como del que el mundo se recuperaba.
Sin embargo, la ONU tiene raíces más atrás, ya que antes de ese 24 de octubre, ya se había dado otro intento de paz entre las naciones con la llamada Sociedad de Naciones, uno de los frutos del Tratado de Versalles. Este tratado, firmado en Europa tras la Primera Guerra Mundial, también buscaba reorganizar a una Europa con cicatrices visibles pero que fracasó al no lograr conciliar a las naciones dentro de un mismo objetivo.
Si en una familia, en ocasiones es difícil ponerse de acuerdo sobre lo que más le interesa y necesitan conciliar, entre países la situación es aún más compleja. Para esto la ONU realiza un trabajo como mediador, realizando recomendaciones para los países e influyendo la construcción de un orden más justo y pacífico.
En esta historia, México estuvo desde la creación de este organismo. Nuestro país se encuentra entre los 51 miembros fundadores, la delegación mexicana estuvo presente desde la firma a la Carta de las Naciones Unidas, el 26 de junio de 1945 y con ello México se incluyó en la discusión de iniciativas relacionadas a los derechos humanos y adquirió voz y voto en la resolución de controversias internacionales.
Al ser parte de este organismo, además de tener voz y voto en las querellas y controversias internacionales que lleguen a presentarse en esta organización, pertenecer a la ONU le da a México una visión diferente de lo que está ocurriendo alrededor del mundo, los problemas que cada país presenta y está trabajando para erradicar, además de darle herramientas y estrategias de apoyo para lograr cumplir las metas propuestas en cumbres y planes internacionales.
Pertenecer a una organización como la ONU, le da a México el respaldo de un foro internacional en el que se pueden exponer problemas de orden social, civil, así como medio ambiental, logrando encontrar una solución a través de la concertación y el diálogo, evitando escalar las situaciones a conflictos internacionales que hagan mella en la salud de las relaciones entre países.
Al pertenecer a la ONU, México establece cierta postura ideológica internacional, formando parte de un grupo de países que buscan la construcción de un panorama pacífico, de bienestar social, que abraza la multiculturalidad, trabajando en conjunto con los demás y con el diálogo como la herramienta ideal de conciliación entre países, más allá de un conflicto bélico. Es decir, nos posicionamos ante el mundo como un país que integra y construye, apartándonos de ideologías totalitarias que buscan romper la unidad entre naciones. Y ese es el camino que deseamos para el mundo. ¿Tu también?
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