El turismo azul o también conocido como Turismo Costero y Marítimo encuentra su fundamento en la estrategia de “Crecimiento Azul, que es una política a largo plazo de la Unión Europea para promover el crecimiento sostenible en los sectores marítimo y marino, reconoce la importancia de los mares y océanos como motores de la economía europea por su gran potencial para la innovación y el crecimiento.
En la Estrategia Europa 2020 su fundamento se basa en el crecimiento inteligente, sostenible e integrador como manera de superar las deficiencias estructurales de la economía europea, para mejorar su competitividad y productividad y sustentar una economía social de mercado sostenible, siendo uno de sus objetivos el fomento de la Investigación y desarrollo tecnológico” esto apunta el Ministerio de agricultura, pesca y alimentación de España.
El turismo azul incluye actividades recreativas en las playas como: natación, surf, deportes acuáticos, paseos en botes, yates o cruceros, acuarios, en términos geográficos incluye todas las actividades que se encuentren a 10 km de la costa.
Los ejes por los que se rige el turismo azul son:
Accesibilidad: procura que todos los productos turísticos sean viables en cuanto al tema de costos y calidad, para los diferentes nichos y mercado, así como los accesos a playas y demás recursos marinos.
Sostenibilidad: Plantea regular el funcionamiento por parte de los servicios que se ofertan y que involucran al medio oceánico, cuidando el entorno con la finalidad de no generar un desgaste irreversible y así asegurar su aprovechamiento.
Calidad de los servicios: Debe tener altos estándares de servicio en el tema de conservación de los ecosistemas marinos y derivados.
En México ya existen espacios que se han diferenciado por trabajar con una visión “Azul” en la práctica de turismo, ejemplo de ellos están en Yucatán: Playa Sinsal, Las coloradas, Playa de Celestún y El Palmar.
Derivado del turismo azul se crea el concepto de economía azul y Santander lo define como “la economía azul se centra en el papel de los mares como fuente económica y en la importancia de gestionar sus recursos de una forma eficiente, restaurando los ecosistemas dañados e introduciendo tecnología e innovación que permitan un aprovechamiento sostenible en el futuro, el objetivo que comparten es común: reducir el impacto negativo que las actividades humanas tienen sobre el planeta y adaptar nuestros hábitos de consumo a modelos más respetuosos con el medioambiente”.
Los principios de la economía azul enumerados por World Wildlife Fund, son:
Es importante reducir el impacto dañino que las actividades humanas tienen sobre el planeta y adecuar nuestros hábitos de consumo a modelos más empáticos con el medioambiente.