Movilidad social a la Game Of Thrones: así mejoran los personajes su calidad de vida

Si vivieras en Westeros... ¿cuál sería el método que utilizarías para mejorar tu calidad de vida? ¿Las intrigas? ¿Un matrimonio arreglado? Descubre cómo es la movilidad social a la Game of Thrones.

Casarse con un rico. Heredar. Fraguar una alianza táctica. Trabajar arduamente. Estudiar. Infinidad de series de televisión (y telenovelas) nos han enseñado que existen diversos mecanismos para acceder a un mejor nivel de vida para nosotros y nuestras familias (es decir, Movilidad Social).

En Game of Thrones, que ya llega a su séptima temporada, estos mecanismos existen, aunque se suman otros más… curiosos: derrocar a un rey, beneficiarse de una guerra, crear un complot, desarrollar habilidades como espadachín/asesino a sueldo, comandar un ejército y salir ileso del fuego (con tres dragones bebés).

La realidad ha demostrado, una y otra vez, que la educación es el mecanismo más confiable para gozar de un mejor nivel de vida. ¿Eso sucede en Westeros? Ehm… no. Allí, la rígida estructura jerárquica (un gobierno central; diversas Casas Nobles que controlan los siete reinos), propia de una sociedad de castas y básicamente feudal, hace casi imposible el acceso a una mejor vida.

Ergo, el acceso a cargos de gestión depende de la raza y del hogar donde se nace (si es una Casa Real, ¡bingo!), con limitadísimas oportunidades de ascenso social. Tanto, que batallamos para encontrar a personajes que registraran movilidad social producto de su educación o de quemarse las pestañas estudiando.

(Disclaimer: estamos en el entendido de que ninguno de ellos es un role-model, pues todos han hecho cosas HORRIBLES en su paso por Westeros y Essos, ¿verdad?).

Petyr Baelish (Meñique)

Su familia pertenecía a la baja alcurnia de la región del Valle de Arryn. Rápidamente entendió que jamás podría acceder a un matrimonio con la realeza, y halló sus oportunidades en la intriga y en el caos (algo que es la constante en Westeros).

Su habilidad como negociador (en negocios no tan legales) lo llevó a ocupar distintos cargos: supervisor de aduanas, Consejero de la Moneda y finalmente cabeza de la Casa Baelish de Harrenhal, Señor de las Tierras de los Ríos y Lord Protector del Valle de Arryn. Sí: ha prosperado mucho, pero en King’s Landing buscan su cabeza por traidor. 

Moraleja: Quizá las intrigas puedan llevarte lejos, sin embargo en algún punto, te causarán más problemas de los que te puedes imaginar. 

Missandei

De niña fue tomada cautiva en la isla de Naath, junto a tres de sus hermanos, y llevada a Astapor. Allí, cual La Malinche, aprendió el alto valyrio y la lengua común, convirtiéndose en la traductora de Kraznys mo Nakloz, un esclavista.

Su vida transcurría así hasta que llegó Daenerys Targaryen, quien la exige a Kraznys como un regalo de buena voluntad en las negociaciones (bueno, y porque Missandei sabía los secretos del esclavista). Mientras Daenerys aprende el alto valyrio ghiscario, se convierte en su heraldo. En agradecimiento, Madre de Dragones ofrece regresarla a su tierra natal, pero Missandei se niega, pues su conocimiento la ha llevado a una mejor posición. Incluso Barristan Selmy asegura que es demasiado lista para su corta edad. Ante la ausencia de Daenerys (se fue volando en su dragón, ¿recuerdan?) Missandei forma parte del Concejo que controla a Meereen.

En efecto, ella es uno de los (contadísimos) ejemplos de Westeros donde la educación es el mecanismo de movilidad social.

Melissandre de Asshai

La famosa ‘Mujer Roja’ nació como esclava (o eso afirma ella). De niña fue vendida a un templo consagrado al dios R’hllor, y desde entonces tiene la capacidad de ver visiones.

Creyente hasta la médula en el poder del dios R'hllor (hasta la temporada 6), con el tiempo se convirtió en sacerdotisa, experta en magia y conjuros. Ese conocimiento (aunado a su belleza y su poder seductor) la llevó a estar al servicio de Stannis Baratheon, quien la hizo su consejera principal, pues una y otra vez le juró triunfos contundentes en batallas decisivas (cosa que, desde luego, no sucedió).

Afortunadamente, en esta época y en esta parte del mundo no necesitas de un huevo de dragón o de una horda de Dothrakis para tener una mejor calidad de vida, sino estudiar y trabajar para hacer posible tus sueños. 

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