El Dr. Luis Sánchez Sotres recuerda cómo fue ser parte de los pioneros que impartieron clases de Odontología en nuestra universidad.

Un grupo de estudiantes de Odontología espera en el salón a que comience su clase, minutos antes de las siete de la mañana. La asignatura es Materiales Dentales, y es el primer día de escuela.

No es cualquier inicio de clases. La fecha es febrero de 1970 y es la primer materia que se imparte en la historia de la recién inaugurada Escuela de Odontología de la UNITEC.

El profesor responsable de dar el curso es el doctor Luis Sánchez Sotres, que fue parte del equipo que planeó el lanzamiento de esta carrera.

“En 1969 el Dr. Ignacio Guerra, antiguo rector de la UNITEC, nos llamó a cinco odontólogos para que realizáramos el desarrollo del programa de Odontología. Estaban también Víctor de la Rosa, Víctor López Cámara, Robin Grey y Manuel Farill”, recuerda Luis Sánchez Sotres.

Las reuniones a veces se prolongaban hasta la madrugada. Tuvieron apenas algunos meses para estructurar toda la Escuela de Odontología y poder empezar en tiempo y forma en 1970.

El inicio de la Escuela de Odontología –recuerda Luis Sánchez– estuvo enmarcado por los movimientos estudiantiles, por lo que uno de sus atractivos como institución privada era que las clases no se verían interrumpidas por cuestiones políticas.

La primera generación que llegó fue de unos 180 alumnos. El doctor Sánchez Sotres tenía que impartir la misma clase de lunes a sábado, dos veces al día, para poder cubrir a todos los estudiantes.

A mediados de este mismo periodo, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) decidió aceptar a más alumnos de Odontología, por lo que se redujo considerablemente el número de alumnos de la UNITEC. Esto, explica Sánchez Sotres, fue lo que permitió seguir a la Escuela de Odontología, pues tantos alumnos habrían acabado de colapsarla antes de que pudiera tomar forma el proyecto

En esas fechas, antes de que concluyera el primer periodo de clases, el doctor Luis Sánchez tuvo que dejar sus labores en UNITEC por una invitación que había recibido un par de años atrás para dar clases en Estados Unidos. Un momento que el doctor recuerda con aprecio.

“Dar clases en EU fue para mi un gran reto, pues llegué a cambiar el sistema que estaban manejando en esa universidad. Antes no se reprobaban a los alumnos, porque era una institución muy cara. Yo llegué a dar clases a mi manera, y en mi primera clase reprobé a 15 alumnos. Para ellos era un shock que un mexicano hubiera llegado a tachar su boleta”, recuerda el doctor.

“Sin embargo, los que repitieron el curso en verano al final me dieron las gracias. Se dieron cuenta de todo lo que no habían aprendido, y es que no eran tontos, sino flojos. Los alumnos que habían repetido el curso terminaron enseñando a los demás, hasta los que sí aprobaron”, dijo el doctor Sánchez.

Este académico pionero en la UNITEC regresó a dar clases por un periodo breve a inicios de la década de 1980.

Su regreso a las aulas de esta institución, en 2012, se debe a la insistencia del doctor Javier García, actual director de la Escuela de Odontología, quien lo buscó durante un largo tiempo. Desde ese año Luis Sánchez imparte Odontología Restaurativa en la escuela de Posgrado.

Odontólogos siempre actualizados

Para el doctor Luis Sánchez Sotres, la odontología es una profesión muy demandante, por lo que la preparación continua es indispensable. “Al que le importa su profesión siempre está pensando en cómo resolver problemas de su oficio”, dice. 

Y recomienda a las nuevas generaciones de odontólogos, inmersos en una nueva dinámica de aprendizaje en el que la tecnología es la protagonista, a que “no crean todo lo que leen en internet, pero tampoco hay que creer ciegamente lo que les dicen los docentes. Con tantas herramientas es posible crear buenas discusiones en la enseñanza”.

Aunque también agrega que los procesos de selección de los estudiantes de esta disciplina deben considerar alumnos que sean capaces de retener la teoría, y lo suficientemente hábiles con las manos para poder ejecutar esos conocimientos con la maestría que requieren los tratamientos dentales.

“Muchos alumnos al terminar la licenciatura tienen miedo de salir al mundo real. No quieren poner su consultorio y por eso siguen estudiando y no ponen en práctica sus conocimientos”, apunta Luis Sánchez.

Finalmente, también agregó que los profesores deben tener muy claro que el compromiso es con la educación y con sus alumnos, ya que algunos “solo imparten clases para poder decir que son académicos, creen que la universidad es para socializar”.

Pero él sabe que van por el buen camino, pues las metas de la UNITEC han cumplido con las expectativas de la profesión.

“Lo podemos hacer increíblemente mejor, pero hay que ser más exigentes. Pensar en función de la educación y en mejorar la profesión, no solo en crecer la matrícula”, concluye.

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