Empleo
Por la mente de todo universitario pasa la pregunta: ¿un buen promedio te garantiza el éxito laboral? Todo depende del cristal con que se mire.
Todo estudiante universitario tiene en mente sacar buenas calificaciones. Es parte de nuestra obligación al ser parte de una institución educativa. Sin embargo, otros dirán que la meta última de quienes cursan una carrera es encontrar un buen empleo.
Entonces, ¿debería estar relacionado tu promedio académico con tu empleo?
Quienes tienen un promedio impecable seguramente dirán que las calificaciones son lo primero en lo que se fijan los empleadores. Por el contrario, quienes no tienen altas notas académicas dirán que hay otras cosas más importantes -como habilidades sociales y competencias-, y que pesaría más haber estudiado y trabajado al mismo tiempo.
Ninguno de los dos enfoques está equivocado.
“El promedio importa si la profesión que quieres ejercer está muy relacionada con la práctica académica como la contabilidad y la enfermería, o cuando son campos donde se requieren conocimientos muy técnicos, como la ingeniería o la informática”, dice Ana Paula Cañedo, consultora en temas de desarrollo de capital humano.
La especialista también agrega que, si en tus planes está cursar un posgrado, “deberías de repensar tu rendimiento académico”.
Aunque es cierto que el promedio académico es un buen referente, “las calificaciones son el resultado de una serie de competencias que se evalúan en el entorno universitario, pero éstas no necesariamente son indicadores de tus destrezas para desenvolverte en el mercado”, apunta el sitio Universia.
Y es que aunque en el mercado laboral también somos susceptibles de ser calificados, la forma de evaluarnos es muy distinta y abarca temas como la capacidad de las personas de tomar decisiones, de cómo se relacionan con sus colegas, de liderazgo y hasta qué actividades de ocio realizas.
¿Cómo juntar ambas posturas hoy en día?
La compleja situación ecenómica por la que pasan muchas empresas los ha llevado a ser muy selectivos al momento de contratar, por lo que su candidato ideal tendrá una mezcla de ambas posturas. Es decir, ser flexibles en el rango de calificaciones (como poner un promedio mínimo de 8 en adelante), y buscar que aunque no tengan todas las habilidades necesarias, vean que tienen disposición y capacidad de aprenderlas.
"Incluso nuestras mejores escuelas están fracasando a la hora de preparar a los estudiantes para el siglo XXI", admitió Tony Wagner, experto en educación de la Universidad de Harvard, al diario El País. Y el artículo agrega que: “la clave está precisamente en la falta de adecuación entre la formación y las necesidades de las empresas”.
"Lo que sucede es que el currículum ya no es solo tu expediente académico, sino el conjunto de habilidades y experiencias adquiridas", explicó Juan José Dolado al portal informativo iProfesional.
En conclusión, toma en cuenta que un buen desempeño académico no solo será bien visto por empleadores, también será una satisfacción personal que perdurará por siempre. Y ten en cuenta que más allá de un título, hay una persona que debe aprender a desenvolverse en un complejo entorno laboral.
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