¿Por qué estudiaste Fisioterapia y cómo llegaste a UNITEC?

Soy mamá de talla baja, mi hija mayor nació con una patología que no le permitió crecer la altura promedio. En ese entonces yo tenía 20 años, era una mamá muy joven, por lo que no entendía muchas cosas de su diagnóstico. Cuando eres madre de un hijo con discapacidad, su salud es muy delicada, por lo que tuve que dejar mi trabajo y escuela para dedicarme 100% a ella; en ese entonces estudiaba ingeniería, pero el ver la falta de compromiso de algunos terapeutas hacia mi hija, me hizo decidirme a cambiar de carrera y pensar que si yo fuera ellos, sería una terapeuta física diferente.

Decidí comenzar la carrera de Fisioterapia en UNITEC a mis 45 años, justo cuando mi hija terminó de estudiar su carrera y comenzó a ser más independiente.

 

¿Cómo llegaste a la Copa América, Lima Perú de Talla Baja?

Con el paso del tiempo, muchas mamás con hijos de talla baja con acondroplasia me buscaron para apoyarles; como les platicaba, para esta enfermedad hay un abandono existencial. Así que una de las mamás de los chicos de la selección de Talla baja me invitó a trabajar con ellos, y acepté.

¿Qué es lo que te llevas de esta experiencia?

Puedo decir que hice una familia con los chicos de la selección y mis compañeros profesionistas que trabajan para el equipo, hicimos tan buena mancuerna que logramos que todos los integrantes regresaran de la Copa sin ninguna lesión.

Gracias a esta experiencia, pude ver cómo están estructurados otros equipos y de esa manera detectar nuestras debilidades, nos dimos cuenta de que nos faltó trabajar la parte psicológica y de seguridad. Como terapeutas y entrenadores intentamos motivarlos, les dijimos que era importante que hicieran lo posible por ganar, porque de esa forma el equipo sería visible ante la sociedad y así se generaría una cultura de respeto hacia las personas con esta patología. A pesar de todos los obstáculos, quedamos en 3er lugar, cabe mencionar que fue nuestra primera copa, éramos de los más inexpertos a comparación de las otras selecciones, pero lo logramos, incluso fuimos la revelación de la temporada.

 

¿Qué consejo le darías a los próximos egresados de la comunidad UNITEC?

Para esta carrera hay que ser muy curiosos, les recomiendo leer mucho e innovar, pero sobre todo siempre ser humildes, porque el tener un título no te hace mejor que nadie. Hay que saber escuchar, porque puede que la persona que parezca más insignificante tenga algo importante que aportar a tu vida. Así fue cuando llegamos a la copa, nos vieron insignificantes; a comparación de los demás entrenadores éramos de mayor edad, llegamos con bajo presupuesto, con uniformes de baja calidad, nos veían como el eslabón más débil, pero si demuestras y te sustentas con tu trabajo y capacidad, el éxito siempre va a estar de tu parte.

 

Quiero agradecer a UNITEC, me ha dado mucho e hizo que mi vida universitaria fuera una delicia. Agradezco a Dios y a mis profesores, gracias a mis compañeros que hoy puedo llamar amigos a pesar de la brecha generacional, estuvieron conmigo cuando más los necesité.

 

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