¿Tus padres se involucran en lo que te pasa día a día? ¿Les cuentas lo que te sucede con tus amigos, en la escuela o con tu novio?
Hoy uno de mis alumnos de preparatoria me preguntó si sus papás deben de saber todo lo que le pasa en la escuela. Pensé de inmediato en mi etapa de estudiante, esos lindos recuerdos de los que hoy son mis grandes amigos, así como los buenos consejos de mis maestros que formaron, año tras año, lo que ahora soy. Sin embargo, este resultado no se pudo haber obtenido sin la colaboración de mis papás; sin su apoyo, sus consejos y muy de vez en cuando sus regaños. Y este apoyo se dio gracias a la confianza de poder platicar con ellos sobre mis dudas y algunos de mis problemas a los que a lo largo de mi etapa como estudiante me fui enfrentando.
Cuando me sentía triste y solo platicaba con mis amigos, pero ninguno lograba entenderme o decirme algo que me ayudara a comprender la situación por la que estaba pasando. Yo quería estar con mi novia, pensábamos estudiar lo mismo, en la misma escuela. Teníamos planes a futuro y éste se veía muy prometedor, hasta que un día ella decidió cortarme y decirme que si podríamos ser amigos. Al escuchar eso mi mundo se derrumbó, el mundo que habíamos construido los dos se desvaneció y así yo también. Perdí las ganas de ir a la escuela, de salir con mis amigos y, claro, de sacar buenas calificaciones.
Me sentía muy desilusionado y confundido, busqué refugio en mis amigos, pero sus consejos no servían de mucho. Llegó el momento donde comencé a sentirme solo, nadie me entendía, me daba un poco de pena contarles esas cosas a mis padres; decidí ocultárselos. Sin embargo, mis padres comenzaron a cuestionarme el motivo sobre mi bajo rendimiento académico y los reportes de mis profesores por no entrar a clases.
Mis padres siempre estaban al tanto de lo que hacía, checaban mis apuntes de mis clases, iban a la escuela a las juntas, intentaban platicar conmigo sobre mi día a día y llegó el momento donde, al ver su insistencia e interés, decidí darles una oportunidad y comentarles mi problemática. Cuál fue mi sorpresa al ver el interés por mis problemas a los que me enfrentaba en ese momento, me ayudaron, platicaron conmigo, pude explicarles sobre la situación de mi rompimiento. En ellos pude encontrar la confianza y la claridad para tomar una decisión al respecto. Siempre respaldado por mis padres, desde ese momento pude reivindicar mi vida y, gracias al apoyo a la comunicación con ellos, pude salir delante de esa situación que estaba perjudicando todo mi entorno académico y emocional.
Es difícil olvidar esas charlas con mis padres donde me preguntaban: ¿cómo te fue en la escuela?, ¿cómo te fue en los exámenes?, ¿qué harás el fin de semana? Esos diálogos que fortalecieron la comunicación y la confianza de poder platicar con mis padres sobre mis inquietudes y mis experiencias que a lo largo de mi etapa como estudiante de preparatoria iba viviendo. Eso me dio la oportunidad de poder tomar las mejores decisiones que, sin duda, repercutieron en mi formación como alumno durante la preparatoria y esto no hubiese sido posible de no ser por la comunicación entre padres e hijo y la información que transmitía a mis padres sobre lo que me pasaba dentro y fuera de mi escuela.
Por lo tanto, si ustedes me preguntarán: ¿mis papás deben saber lo que nos pasa en la escuela? Yo respondería que sí, porque mediante esta comunicación entre padres e hijos, podrían saber si estoy contento con mis maestros, mis compañeros y toda la comunidad escolar donde me desenvuelvo diariamente, así como monitorear mis actividades dentro y fuera de la escuela con la única finalidad de poder guiar y orientar a un chico que apenas comienza a enfrentarse a una nueva etapa, con la única finalidad de crear a una persona responsable y con principios para que se puede desempeñar como un buen futuro ciudadano en nuestro país.
Gracias a todo eso hoy en día logré terminar mi Licenciatura en Psicología y tengo el privilegio de formar parte de una gran institución académica como lo es la UNITEC campus Sur, en la que me desempeño como Orientador de Alumnos. Aquí tengo el placer de poder apoyar, platicar y orientar a las inquietudes de mis alumnos, que gracias a la experiencia que obtuve a lo largo de mi etapa como alumno, puedo brindar y ayudar a tomar las mejores decisiones a los alumnos sin descuidar el ámbito emocional y académico.
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