Salud
¿Sabes cómo actúa tu sistema hormonal y nervioso durante el enamoramiento? Aquí conocerás lo que esconde la química en el amor.
Durante muchos años hemos escuchado las siguientes expresiones: “Sí hay química entre nosotros”, seguido de “creo que estoy enamorad@”, pero ¿en realidad existe el amor a primera vista?, ¿podemos sentir el corazón roto?, ¿es normal obsesionarse con alguna persona?
Estas interrogantes pueden sonar muy cotidianas, pues la mayoría de nosotros nos las hemos cuestionado alguna vez, y no quiere decir que estemos locos o que no podamos vivir sin el amor de esa persona que nos encanta.
Explicarlo nos hará perder un poco del romanticismo que habíamos depositado en esa idea del hombre o la mujer perfecta, esa que pensamos que no fue casualidad sino destino el haberla encontrado.
La forma bioquímica de entender cada una de las fases del enamoramiento se enfoca, básicamente, en conocer que existe una cascada de neurotransmisores que se secretan en el cerebro y que manipulan la respuesta a ciertos estímulos que percibimos de esa persona. A qué me refiero, volvamos con las frases célebres sobre el amor:
“Siento mariposas en el estómago; me sudan las manos cuando l@ veo; siento que me voy a desmayar solo con verl@ pasar; etc.”
Suena muy lindo, lo sé, pero no es real, no es el amor de tu vida, no es algo mágico que solo a los afortunados les pase, ni algo religioso que te haga sentirte bendecido por tenerlo. Solo es un reflejo fisiológico que tiene el cuerpo y que se activa con una serie de acontecimientos que tienen explicación científica.
Pongamos un ejemplo… Amor a primera vista
Sé que lo leyeron y quizá hasta hicieron un gesto de “es un tema bonito”, pero aquí la realidad. Cuando tienen contacto con una persona por primera vez, su instinto primitivo de identificación, reconocimiento y supervivencia se activan, generando que sus órganos de los sentidos se agudicen: perciben más su aroma, se concentran en el tono de su voz y en la forma que habla, verifican su lenguaje corporal y sus ojos se enfocan hasta en el más mínimo detalle.
La otra persona, por su parte, tiene un código de conducta y el escenario puede tener dos variantes; el primero es que haya sido fortuito, es decir, que él o ella se hayan acercado a presentarse y que de entrada lo interpretes como un hombre o mujer con mucha seguridad y desde ahí le vayas sumando puntos; el otro es que haya sido predeterminado el encuentro y evidentemente te hayas arreglado más que de costumbre. Si le sumas que muy probablemente actuará con gentileza desbordada, seguro obtendrá calificación de 10 con cinco minutos de conocerse.
No importa el escenario, gracias a tus reflejos, tu cuerpo secreta muchas sustancias que modulan de manera directa la forma en la que te comportas, mueves, hablas, respiras, sonríes y miras.
Y la dopamina entra en acción
Generalmente, una de estas sustancias es la Dopamina, que en procesos normales está encargada de producir una sensación de plenitud y felicidad, pero que bloquea tu capacidad de juicio claro y genera pensamientos y conductas obsesivas por el otro; recuerda, estamos hablando de la Dopamina, no de esa persona de tu salón por la que mueres desde el primer cuatrimestre.
Este agente químico desencadena una cascada donde intervienen otras sustancias como la Feniletilamina que, por si fuera poco, estimula la secreción de mucha más dopamina que nos hace despertar enamorados, menos susceptibles al dolor y con menos sueño, ello explica las llamadas de teléfono interminables a media noche.
Por otra parte, la Serotonina está encargada de las sensaciones de deseo y placer, esa necesidad de tomarle de la mano, robarle un beso y abrazarse por horas, para terminar con la Oxitocina que activa el deseo sexual.
Sin embargo, a pesar de esta breve explicación que quizá los haga sentirse decepcionados sobre la idea del amor, respiren, al menos pueden garantizar que su sistema hormonal y nervioso se encuentran íntegros y funcionales al 100%.
Disfruten al máximo del enamoramiento y si sienten que se está activando la Oxitocina ¡Ojo! ¡Protéjanse!
