Ésta es una pregunta que cada vez con más frecuencia se formulan en el mundo entero. Veamos si la respuesta es positiva o negativa y qué futuro le depara a las criptomonedas.

¿Se aproxima la muerte del Bitcoin?

En los últimos días, he estado pensando acerca del futuro de la criptomoneda Bitcoin. En un artículo anterior, en el cual hablé acerca de Blockchain, planteé el siguiente comentario: “Será interesante ver el proceso de coexistencia entre los diversos Blockchains en los próximos años.”

Respecto a esto un amigo me hizo una pregunta: “¿Crees que Ethereum es una amenaza para el futuro de Bitcoin?” En resumen, mi respuesta fue un “sí”. Sin embargo, he estado pensando sobre esta cuestión profundamente, llegando a comprender que estaba equivocado.

Este tipo de pregunta es un intento de comprender las altcoins (aquellas monedas alternativas a Bitcoin), y es normal plantearla cuando hemos estado viviendo bajo un mundo en el que las monedas se nos imponen de forma monopolística, donde están determinadas estrictamente por la geografía en donde son emitidas, y donde no es posible elegir tu propia moneda; un mundo donde la moneda supone un concepto de la teoría de juegos: “juego de suma cero”.

Las monedas, tal y como las entendemos actualmente, son un artefacto de las nación-Estado. Imponen sobre nosotros grandes restricciones. No elegimos nuestra moneda, ella nos elige a nosotros. Esto era así hasta antes del 2008, año en donde surgió Bitcoin. Lamentablemente, el viejo paradigma persiste en nuestras interacciones y formas de pensar.

Hoy por hoy vivimos en un nuevo mundo, un mundo en donde la moneda es una elección personal, una elección en términos de uso, una elección en términos de valor, una forma de expresión. Hoy, cualquier persona con conocimientos de programación es capaz de crear una moneda.  Siendo así: ¿Cuántas altcoins habrá? ¿Cómo competirán las Altcoins en un mundo de criptomonedas? ¿Habiendo miles, cómo se dictará el valor de cada una de ellas?

¿Se aproxima la muerte del Bitcoin?

Rectificando el pensamiento

Las preguntas anteriores son una manera inadecuada de pensar en torno a las altcoins o criptomonedas aparte de Bitcoin. Mi error radicó en ver las monedas como un “juego de suma cero”, tal y como observamos que funciona el dinero desde que somos pequeños.

En mi reflexión, tenemos que pensar las criptomonedas como una aplicación, como un medio de expresión. El dinero, en su esencia, es un lenguaje que empleamos para expresar valor a los demás en relación a un gesto, servicio o producto. Usamos el dinero como un token del lenguaje.

La humanidad ha creado el dinero, las monedas, como medios de expresión de sus deseos y de su individualidad. Esto se puede observar cuando éramos niños.  En el recreo de la primaria, ¿cuántas veces no transaccionábamos con los famosos “tazos”? Creábamos un medio al cual le asignábamos un valor.

Si ahora todo el mundo es capaz de crear una criptomoneda, ¿cómo adquiere valor y qué significado o utilidad tiene? ¿Cuál es la diferencia entre la moneda como una expresión de popularidad, como una expresión de deseo, como un meme, una moda, una marca? No tendremos muchas altcoins, tendremos un exceso de altcoins. La pregunta es: ¿cuántas
altcoins tendremos? Es similar a preguntar hace 20 años: ¿Cuántos blogueros existirán en Internet?

¿Se aproxima la muerte del Bitcoin?

Lo mismo pasó con la irrupción del Internet

Sin embargo, con este exceso de altcoins, ¿cómo diferenciar las que tienen valor y las que no? Para comprender mejor la respuesta a esta pregunta hagamos referencia al primer sistema digital descentralizado: Internet.

Hubo un tiempo en el que, si querías acceder a opiniones autorizadas, opiniones de “expertos”, tenias que comprar y leer el periódico, como El Universal. Le atribuíamos a ese tipo de organizaciones la autoridad, y usábamos esa autoridad para decidir qué opiniones importaban y cuáles no. En resumen, los utilizábamos como preservadores, guardianes de la autoridad creadora de opinión. 

Pero, entonces, alguien se sentó a programar y se hizo la Internet. Internet acabó con todo eso, porque de repente todo el mundo podía escribir lo que pensaba, cualquiera podía publicar.

¿Cómo saber qué opinión importa si todo el mundo puede publicar su opinión? “Será el fin”, fue lo que dijeron muchos expertos. Pero sucedió algo genial, pasamos de un mundo en el que tuvimos que valorar la opinión por sus propios méritos; es decir por el contenido de la misma, por el valor que le atribuimos nosotros y la sociedad. 

Hemos llegado a un momento histórico en el que periódicos pueden imprimir contenido tóxico, contenido falso que oculta la verdad bajo argumentos que oscurecen la objetividad de los hechos, a un mundo en donde las personas, los blogueros son capaces de escribir las líneas de frente a una revolución, hacen pública la verdad que otros pretenden ocultar. La autoridad deja de ser la imprenta, ahora lo que realmente importa es quien tiene el contenido. Esto mismo es lo que hemos hecho con las monedas, perdón, con las criptomonedas.

Ahora, la autoridad no se deriva de la soberanía del emisor, de la imprenta, de un estado-nación que puede declarar a través de un monopolio y el uso de la fuerza que esta es la moneda que tendrá que usar. Ahora podemos crear y elegir la moneda a usar.

Debemos acostumbrarnos a vivir en un mundo donde no tenemos que juzgar las monedas por quien las emite, sino por quienes las aceptan y aprecian; es decir, por cuántas personas las usan y para qué las usan. A grandes rasgos, a estas personas no les importa saber quién emitió la moneda; lo que les importa es si tiene poder adquisitivo o no. La moneda se evalúa puramente sobre su base monetaria, le otorgamos valor a través de su adopción, a través de su aceptación.

¿Se aproxima la muerte del Bitcoin?

¿Y cómo distinguir entre tantas?

Dentro de los siguientes años, nos asombrará la cantidad de criptomonedas que surgirán resultado de una moda, o incluso de un meme, para luego convertirse en poderes monetarios reales en uso en una amplia población. ¿Cómo operar en un mundo así? ¿Qué significa la competencia entre monedas si habrá miles? ¿Qué pasará si la escasez digital cobra relevancia a una base local en el contexto de cada una de estas criptomonedas? ¿Qué pasa si esta escasez no es controlada del emisor, sino que es producto de la adopción de la misma moneda?

Bien, mi visión es que vamos a tener monedas para diferentes usos. Ya tenemos a Bitcoin que proporciona una política monetaria muy específica. Tenemos a Ethereum, la cual proporciona la ejecución automática de contratos. Tenemos a Namecoin para la convención de nombres descentralizados, etc.

Hay muchas más criptomonedas y vendrán muchas más que resolverán otro tipo de problemas: búsqueda de vida extraterrestre, bienes raíces, educación, etc. Si pensamos la criptomoneda como una aplicación, como una tecnología más allá de una simple moneda tradicional, observaremos que las posibilidades son infinitas.

La convergencia de estas criptomonedas será similar a la actual forma de comunicación descentralizada. Empezó a través del correo electrónico, luego vinieron los foros, posteriormente los servicios de mensajería instantánea tal como Microsoft Messenger o el famoso chat de Yahoo, luego llegaron las primeras redes sociales tales como MySpace, Hi5, luego llegó Facebook, Twitter, WhatsApp, etc.

¿Te preocupa que el correo electrónico desparezca debido al WhatsApp? Tranquilo, no te preocupes de estas cosas, cada una sirve para un propósito diferente. Algunas nos permiten expresarnos a través de una modalidad de comunicación instantánea y en tiempo real. Algunas nos permiten una comunicación asimétrica. Por ejemplo, usando Twitter puedo dirigirme a una audiencia de miles de personas y recibir comentarios en tiempo real, sin tener que establecer una comunicación bidireccional y síncrona. Otras, como el correo electrónico, nos permiten mantener comunicaciones asíncronas a largo plazo entre personas.

Lo que hacemos es construir interfaces, abstracciones, herramientas unificadoras que nos permiten usar todas estas modalidades desde una única interfaz y movernos entre ellas de manera fluida. Debido a invenciones como los Sidechains, los exchanges de criptomonedas (o de forma más elegante “activos descentralizados”), seremos capaces de convertir de manera instantánea y a bajo coste entre diferentes criptomonedas, nuestra interfaz de cartera unificada o wallet unificada lo hará por nosotros.

Por ejemplo, si estoy comprando una casa, podría expresar mi voluntad transaccional en Bitcoins, posteriormente cuando intento obtener el traslado de dominio puedo pagar con Namecoin, y cuando intente establecer el contrato, este se pagará en Ethers, cuando salga de la compra y vaya a la tienda por un agua podre pagar con XRP. Mi interfaz de wallet unificada realizará esta rotación y asignación de moneda a emplear haciendo todo más fácil.

¿Se aproxima la muerte del Bitcoin?

Respondiendo a la respuesta del inicio, Ethereum no esta compitiendo con Bitcoin. Del mismo modo Bitcoin no está compitiendo con XRP. Todos estos “activos descentralizados” son medios para expresar la modalidad transaccional que deseamos usar en un determinado momento para lograr nuestro objetivo.

A la vez que elegimos la moneda, elegimos una comunidad a respaldar. Cuando elijo usar Bitcoin, estoy confiando en su política monetaria de sus 21 millones de monedas totales a emitir como fuente estable de valor. Elijo mi política a través de mi moneda. Hemos entrado al reino de la meta-política, de la política basada en algoritmos, en el reino de comunidades globales capaces de crear y fomentar consensos políticos comunes, respaldados por sus propias monedad, las que todos aceptan y fomentan en comunidad haciendo uso de ellas.

¿Se aproxima la muerte del Bitcoin?

¿Quieres inflación? Utiliza una moneda inflacionaria. ¿Basas la economía en tus reservas de oro e inversión? Utiliza una moneda deflacionaria. ¿Deseas una moneda que genere un ingreso básico para aquellos de escasos recursos? Utiliza monedas que expresen esa política. ¿Quieres monedas que fomenten un desarrollo ambiental sustentable? Utiliza una moneda con políticas ecologistas.

Finalmente, ya no es cuestión del Estado-nación. No se trata de quién es el primero en adoptar Bitcoin o de quién adopta primero las criptomonedas. La propia Internet es la que está adoptando las criptomonedas. Y sabes algo, Internet es la economía más grande del mundo. Es la primera economía transnacional y, por ende, necesita de una moneda transnacional. Para aquellos que creen que Bitcoin es para los “frikis”, para los inadaptados, aquellos “bichos raros”, déjenme decirles una cosa, es una tecnología que no puede ser desinventada.

Cerraré con una frase de Mahatma Gandhi: “Primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan, entonces ganas”. Si te gustó esta nota, suscríbete al blog de la UNITEC y recibirás más temas de tu interés. 

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