En el mundo digital circulan retos riesgosos para la integridad física y emocional de los jóvenes. Como docentes, ¿cómo debemos actuar para proteger a nuestros alumnos?
Foto: Campbell Boulanger en Unsplash
No cabe duda de que internet es una herramienta valiosísima tanto para nosotros, los profesores, como para nuestros alumnos. Acostumbrados a buscar información en libros y a pasar horas investigando en bibliotecas, hoy podemos encontrar lo que queramos (sí, ¡lo que sea!) en un par de minutos navegando en la red. ¿Y qué decir de los jóvenes? Pueden hallar información útil para sus tareas y proyectos con sólo dar un par de clics, así como compartir lo aprendido y contribuir a conformar una gran red de conocimiento.
Pero ya lo sabemos: el mundo digital es un arma de doble filo. Así como abre puertas a un universo de conocimiento, también expone a los adolescentes a un sinfín de peligros… y, como docentes, es nuestro deber informarnos sobre cómo actuar para prevenir estos riesgos.
Retos virales: un abismo para jóvenes desorientados
Si eres usuario de las redes sociales o te gusta ver videos en YouTube, seguramente has sido testigo de alguno de los retos que inicia un curioso y que se propaga hasta alcanzar a miles (o millones de personas). Por ejemplo, el Ice Bucket Challenge invitaba a lanzarse un cubetazo de agua helada, subir el video a YouTube y donar en pro de los enfermos de esclerosis lateral amiotrófica. ¡Al cabo de unos meses logró recaudar 115 millones de dólares! Otros retos virales, aunque no tan benéficos, fueron por lo menos inofensivos (¿recuerdas el Harlem Shake, que invitaba a bailar sin control al ritmo de una canción? Seguramente tus alumnos hicieron su propia versión en clase).
Sin embargo, existe otro tipo de retos que se mueve en un mundo menos conocido, desafíos que van dirigidos a los jóvenes y que suponen un riesgo para su integridad física o emocional.
Están las modas que pretenden establecer cánones de belleza entre las adolescentes y pronto se convierten en obsesiones peligrosas. Hace algunos años circularon de manera masiva imágenes de chicas con las piernas tan delgadas que se les formaba un “Thigh Gap”, es decir, una especie de hueco entre los muslos, asemejando los de una Barbie. Por otro lado, basta teclear “Thinspo” —término surgido a partir de “Thinspiration”, acrónimo de “Thin” e “Inspiration”, “Inspiración para ser delgada”— en Pinterest y Reddit para encontrarse con miles de imágenes de chicas ultradelgadas y de consejos para esquivar el hambre.
"El mundo digital es un arma de doble filo. Así como abre puertas a un universo de conocimiento, también expone a los adolescentes a un sinfín de peligros".
Pero, si bien es cierto que las chicas adolescentes son más vulnerables a las modas relacionadas con la estética, también lo es que los hombres no están exentos de caer en este tipo de juegos. Así lo demuestran algunos retos creados por jóvenes universitarios, como la llamada “bebida púrpura” o sizzurp, una mezcla de jarabe para tos recetado, soda y caramelos color púrpura, a la cual a veces se le añade alcohol. Entre sus consecuencias se encuentran el letargo, el impedimento de las habilidades motoras y, en casos más extremos, las alucinaciones. Los jóvenes suelen grabarse mientras la beben y subir los videos en redes sociales, esperando recibir a cambio miles de “likes”.
Sizzurp, la bebida púrpura a base de jarabe de tos y alcohol
Recientemente, dos retos han llamado nuestra atención y nos han alertado sobre los peligros de las redes sociales y la manipulación psicológica a la que están expuestos los jóvenes.
El primero, el reto de la ballena azul, surgió en Rusia y se popularizó en febrero de 2017. Consistía en seguir una serie de pasos que incluían autoinfligirse daños físicos y someterse a pruebas de estrés para concluir con el reto final: quitarse la vida. El reto letal se extendió fuera de las fronteras rusas y cobró vidas fuera de ese país, incluso en México. Los principales sitios de promoción del juego fueron Instagram y Tumblr, donde se esparcieron con el hashtag #f57.
Por otro lado, el 18 de enero de 2017 un joven estudiante abrió fuego en su salón de clases en Monterrey, disparando a su maestra y a tres compañeros, y después a sí mismo en la boca. Se supo que el joven agresor padecía depresión y que formaba parte de una comunidad en Facebook conocida como Legión Holk, que incitaba a realizar masacres y que, para horror de todos, hoy cuenta con más de 200 mil miembros.
¿Por qué son tan populares las modas peligrosas entre los jóvenes?
Como docentes podríamos preguntarnos: ¿qué vuelve tan atractivos a estos desafíos ante los adolescentes?
“Recordemos que durante la adolescencia primaria y tardía (aquella que se vive durante la secundaria y preparatoria) los jóvenes desarrollan su identidad, la cual está estrechamente ligada con el sentido de pertenencia”, explica Deyanira Semadeni Rosete, maestra en Psicología y Educación y actual Gerente de Vinculación y Valor en la UNITEC. Esta idea podría resumirse en una frase: “si pertenezco a un grupo, entonces existo”.
Según la experta, los retos que se convierten en modas en redes sociales brindan la posibilidad de fortalecer este sentido de pertenencia, pues invitan a los jóvenes a formar parte de una gran comunidad unida por determinadas conductas y un código específico de comunicación. “Además, no olvidemos que en esta etapa es natural la curiosidad y la necesidad de altas dosis de adrenalina”, abunda.
La delgada línea entre diversión y riesgo
Tenemos entonces una actividad que fomenta el sentido de pertenencia, despierta la curiosidad y que es retadora: la fórmula perfecta para atraer a los jóvenes.
Foto: Priscilla Du Preez en Unsplash
Así pues, los jóvenes se encuentran en una búsqueda constante por vivir experiencias interesantes, atractivas y retadoras. “Cabe mencionar también que en la adolescencia el desarrollo de la corteza prefrontal rostrolateral (responsable de funciones como el sentido común y la discriminación) aún no ha concluido, por lo que el criterio de los jóvenes no se encuentra del todo desarrollado. Los centros de motivación funcionan intensamente en el cerebro, buscando recompensas excitantes en su entorno”, comparte la experta Semadeni.
“¿Cómo no me di cuenta?”
Muchos pensarían que los adolescentes que aceptan seguir estas modas o retos provienen de entornos conflictivos, como hogares rotos o escuelas donde tienen demasiada libertad, o que muestran señales claras de trastornos psicológicos. Pero no siempre es así.
La realidad es que todos los jóvenes pueden caer en la tentación de practicar alguna moda peligrosa. Sin embargo, es cierto que los jóvenes con baja autoestima, aislados o que se han desarrollado en un núcleo familiar agresivo o carentes de vínculos son más propensos a caer víctimas de ellos.
De acuerdo con la maestra Semadeni, estos son algunos comportamientos que, como docentes, podemos interpretar como señales de alerta, pues nos indican que uno de nuestros alumnos podría ser víctima de una moda peligrosa en la red.
- Aislamiento social
- Somnolencia en el transcurso del día, ya que durante las noches está conectado a las redes sociales
- Cicatrices en el cuerpo
- Ausencia por varias horas durante la noche
- Conductas agresivas
Y¿qué podemos hacer los profesores?
Como docentes tenemos la enorme responsabilidad de formar personas que, más allá de las aulas, tengan criterio para tomar decisiones en pro de su bienestar y que puedan rechazar aquellas que los perjudiquen, independientemente de la presión social.
“Ya sabemos que los jóvenes están en búsqueda de experiencias interesantes, retadoras y que se puedan realizar en grupo. ¿Qué mejor espacio que las aulas de clase para generar ambientes de aprendizaje ricos en actividades grupales?”, se cuestiona Semadeni. Como docentes, es nuestra responsabilidad idear proyectos que fomenten el trabajo colaborativo, la creatividad y la innovación.
Otras tareas que podemos llevar a cabo son:
- Fomentar los vínculos significativos entre nuestros alumnos
- Establecer límites claros en cuanto a la diversión y el uso de redes sociales
- Enfocar el uso correcto de las redes sociales
¿Cómo hablar con los padres sobre este tema?
Como profesores también es nuestro deber informar a los padres sobre los riesgos que conllevan las redes y sus modas peligrosas. Como docentes, debemos abordar el tema de forma directa y clara, haciendo uso de testimoniales o actividades que ejemplifiquen las consecuencias de dichas prácticas. “Las Escuelas para Padres llevadas a cabo por algunas escuelas y universidades son una excelente oportunidad para abordar este tema”, finaliza la experta.
En la UNITEC nos preocupamos por el bienestar integral de los jóvenes. Por eso ofrecemos la plática "Modas peligrosas" para alumnos y padres de familia, misma que puede solicitar con su representante de la UNITEC.
Además, contamos con un Centro de Desarrollo Estudiantil (CADE) que les otorga orientación psicológica en momentos difíciles.